Blog / Opinion

Albania, los balcanes y su gente

24-09-2017 - Por Juan Ricardo Ferrero

Global Limits en Albania y un nuevo desafío: completar la serie y lograr el "GlobalLimits Heritage Site Runner" series award de la organización.

Albania, aquel país que algunos ni saben en que lugar se encuentra en el globo. Allá fuimos ésta vez, nuevamente a correr, a empezar otro sueño, otro desafío. Los merecimientos, los "títulos" aquí como en toda nueva experiencia no cuentan. Se empieza de nuevo, otra vez. Completar la serie Global Limits el sueño actual: Albania, Buthan y Camboya.

Tres lugares, tres puntos en el planeta que requieren visitar Europa del Este (Albania), Asia en el mismísimo Himalaya (Buthan - Mayo 2018), cerrando la serie en el sudeste asiático (Camboya - Noviembre 2018). El premio, nada más y nada menos que formar parte del prestigioso Awards "Heritage Site Runner" de la organización que comanda Stefan Betzelt.

Albania, objetivo concretado. No ha sido nada fácil lograrlo. Fueron 220 kilómetros en 6 días en la cadena montañosa de los Balcanes, protegidas por el mar Jónico y el Adriático más al norte de ése país.

Junto a Ramón Abdala llegamos al aeropuerto de Tirana, su capital. Entonces la pregunta: ¿Que idioma hablan por acá? La realidad y la respuesta a nuestra pregunta era muy simple; el albanés. Pero, si te fijas en los libros éste país siempre estuvo vinculado a Italia, lo separan 90 kilómetros nada más, ha sido parte del mismo imperio romano. El "italiano" se habla por todos lados y todos lo hablan. Sería muchísimo más fácil que nos entendieran, ya que nos resulta sencillo entenderlo, ya que el español es similar.

En Tirana nos hospedamos en el Hotel Mondial, grande, lujoso. Al día siguiente, el traslado en bus hacia el primer campamento base -4 horas de traslado-. Algunas gotas de agua comenzaron a caer, siempre en todos lados llueve cuando corro; es así, increíble.

Campamento, cena entregada por la organización y a dormir para largar la primera etapa. Tanto esta como las demás nos requería levantarnos a la 5 a.m., ya que a las 6 a.m. se entregaba tienda y bolso de apoyo, largada 7 a.m. en todos los casos.

Y así comenzó la locura por correr. Etapa por etapa se hacía sentir la montaña y el calor -se acumuló un desnivel positivo de 8000 m.s.n.m., más otro tanto de negativo con temperaturas entre los 30 y 35 grados-. Las piernas se sienten, más en mi caso que vengo del llano -siempre entreno en mi lugar a 110 m.s.n.m. y nunca tengo desnivel en los recorridos-; si bien voy en la montaña relego mucho. En los planos me arrimaba a los puestos de avanzada -4, 5 0 6- pero en la montaña me retrasaba, más lento que suizos, alemanes, españoles; ellos sí, tienen mucha montaña.

Los pueblos, similares a los de Peneda Geres en Portugal o norte de Galicia. Eran pueblos pintorescos, antiguos de piedra la mayoría de las viviendas con plantaciones de uvas, olivos, granadas, etc.

Los perros, tema aparte. Son muy agresivos, en carrera mordieron a varios, especialmente a los primeros. Como en China o Vietnam que me ha tocado correr, muy malos estos. No obstante, había que correr y corrimos.

Las noches fueron mezcladas, tiendas de campaña; casas de Albanos en una de las etapas, maravillosa experiencia convivir con ellos. Escuelas, para terminar en un lujoso hotel de Saranda a la orilla del Jónico. El Quaranta Hotel, impresionante. Precios, muy económicos. Albania es muy, muy barato. Es el país más pobre de europa y se nota. Es así.

Los números, posiciones ya están. Lo más importante es haber sido "Finisher" de la primera competencia de la serie. Y vamos por más.

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