Blog / Opinion

Correr con rarámuris en su tierra de leyendas

07-03-2019 - Por Juan Ricardo Ferrero

Correr Ultra Caballo Blanco fue una decisión difícil de tomar. He corrido muchas “ultras”, en cada rincón del planeta, pero esta no sería una más. Fue “distinta” a todas las anteriores sin ningún lugar a dudas. Créanme.


Llegar a Urique -lugar de la competencia-, es todo un trastorno. No lo es por los vuelos a tomar de Argentina, sino que es eterno llegar desde la cidade de Chihuahua. Desde su estación Central de Autobuses a Bahuichivo son 9 horas interminables: el bus se para en cada lugar, gente que sube y baja con animales y cosas que llevan de un punto a otro. Vendedores. Realmente, un desafío llegar. Luego en Bahuichivo, debes tomar un “camión” de dos o más horas hasta llegar a Urique.
Urique (en Idioma tarahumara: Urike, ‘Lugar de barrancas’) es un pueblo del estado mexicano de Chihuahua, localizado en el extremo suroeste, en la región de las barrancas, el pueblo se encuentra en el fondo de la llamada Barranca de Urique, formada por el río del mismo nombre, debido a su baja altitud sobre el nivel del mar, el clima de Urique es cercano al tropical. Un pueblo pintado en la sierra Tarahumara. Tranquilo.
Mi estadía no sería en el pueblo, sino en Cabañas San Isidro, a casi dos horas del lugar, bajando por un camino serpenteante a 2900 msnm. Todo un trámite. Una locura.
Un día antes bajé y me acredité; más de 6 horas, ese día.
Y llegó el día de la carrera, levantarse a las 3 am para llegar a la partida a las 6 am. A bajar. Allí estaría luego de un viaje de casi 2 horas. Fresco y seco, el clima.
Al ritmo de sus cantos, mariachis y gente común vestida de corredora se dió la orden de largada. Ellos -los tarahumaras corren con huaraches-, no saben de dejarte pasar o pedir permiso para correr. Te empujan, te tocan. Sino vas con cuidado podes quedar fuera de competencia. La largada es complicada, tumultuosa, cerrada.
Salimos hacia Guadalupe, hicimos una escalada muy técnica hasta los 1600 msnm y bajamos a Urique; luego, hacia el “Pandito”; subida interminable hasta otros 1600 msnm, bajada muy técnica y llegada a Urique. Pasar otra vez a Guadalupe y retorno.
Ves de todo: tarahumaras corriendo con jean y zapatos, mujeres con ropas largas, y todo lo que técnicamente conocemos que no son para correr. Ellos corren igual.
Muchos se anotan, pero no están entrenados para llegar en 80 kilómetros. Lo hacen porque si llegan tienen premios en dinero y comida. Muchos no llegan.
Largamos 1400 corredores en las dos distancias: 42 y 80. Llegamos 330.
Correr con ellos, lo hace distinto. Esa es la diferencia con otras ultramaratones. Correr en tierra tarahumara es recibir otro título: “él corrió con ellos, los mejores corredores del mundo”.

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